El idiota/ The idiot
Elena Córdoba
2025
ES
Entre 1635 y 1645, según la datación del Museo del Prado, Velázquez retrató a Francisco Lezcano en un cuadro conocido hoy como El Niño de Vallecas. La presencia de bufones y personas con discapacidad era habitual en la corte española a partir del siglo XVI para el entretenimiento de un estamento social que acumulaba todos los privilegios y tenía claro que aquellas personas estaban en el mundo para eso, para entretenerlos. Velázquez retrató a varias de ellas y el tiempo las ha convertido en imágenes que han ido enfrentando a los espectadores con la concepción propia de cada tiempo de la dignidad humana. En el retrato de Lezcano, el pintor nos confronta con la realidad física y psíquica del personaje, colocándolo en primer plano y poniendo el foco lumínico en su rostro y en sus manos. Los poetas León Felipe o Vicente Aleixandre reflexionaron sobre esta figura. Y a partir de su estudio, María Zambrano escribió El Idiota.
Se trata de un pequeño gran ensayo en el que la pensadora malagueña parte del cuadro de Velázquez para entregar un análisis de la figura del idiota, para lo que recurre a su clásica distinción entre razón poética y razón filosófica. Allí escribió que “si alguien se encuentra al idiota a la salida del laberinto, no puede menos que quedarse sorprendido de su sonrisa: una extraña sonrisa que se escapa de todo su rostro blando y luminoso; una sonrisa a punto de desprenderse para irse por su cuenta y de convertirse en algo así como una paloma”. Zambrano describe a partir de El Niño de Vallecas la figura del idiota, un modelo de desposesión y alegría que vive en un acuerdo estrecho con la realidad.
Cautivada por este trasunto mundano e intelectual que va de la existencia de estas personas retratadas por Velázquez en la corte hasta el homenaje de Zambrano, Elena Córdoba presenta una aproximación propia a estos materiales en una pieza en la que actúa junto a Clara Pampyn y donde Luz Prado se encarga de la creación e interpretación en directo de la música. Al diseño del espacio escénico y las luces, su inseparable compañero de fatigas, el maestro Carlos Marquerie. Con estos mimbres, Elena Córdoba le dedica la obra a ese idiota, que “deshace con su mirada cada una de las categorías sobre las que construimos nuestra identidad y nuestra idea de felicidad. Queremos habitar ese cuerpo que no conoce la línea recta, que va como bailando de acá para allá, ese cuerpo que no posee, ni siquiera, el espacio que ocupa, ese cuerpo que parece que cayó de la luna”.
Dirección: Elena Córdoba
En escena: Elena Córdoba, Clara Pampyn y Luz Prado, Alejandro Rojas Marcos
Coreografía: Elena Córdoba, Clara Pampyn y Luz Prado
Creación sonora: Luz Prado con Alejandro Rojas Marcos y las voces de Clara Pampyn, Jesús Rubio Gamo, María José Pire y Elena Córdoba
Espacio escénico e iluminación: Carlos Marquerie
Diseño de vestuario: Naldi Fernandes y Carlos Marquerie
Realización de vestuario: Naldi Fernandes
Documentación: David Benito
El idiota se ha creado en coproducción con el Centro de Cultura Contemporánea Conde Duque, la Ayuda a la creación contemporánea del Ayuntamiento de Madrid, y la colaboración del Centro de creación Los Barros.
EN
Between 1635 and 1645, according to the Prado Museum, Velázquez portrayed Francisco Lezcano in a painting known today as El Niño de Vallecas (‘The Boy from Vallecas’). The presence of jesters and people with disabilities was commonplace at the Spanish court from the 16th century onwards for the entertainment of a social class that accumulated all the privileges and was clear that they were in the world for that purpose, to entertain them. Velázquez portrayed several of them and time has turned them into images that have gradually confronted viewers with each era's own conception of human dignity. In Lezcano's portrait, the painter confronts us with the physical and psychological reality of the sitter, placing him in the foreground and focusing the light on his face and hands. The poets León Felipe and Vicente Aleixandre reflected on this figure. And on the basis of their study, María Zambrano wrote El Idiota (The Idiot).
This is a great little essay in which the thinker from Malaga takes Velázquez's painting as the starting point for her analysis of the figure of the idiot, drawing on her classic distinction between poetic reason and philosophical reason. There she wrote that ‘if someone meets the idiot at the exit of the labyrinth, he cannot help but be surprised by his smile: a strange smile that escapes from his soft, luminous face; a smile about to break away to go off on its own and become something like a dove’. In El Niño de Vallecas, Zambrano describes the figure of the idiot, a model of dispossession and joy who lives in close agreement with reality.
Captivated by this worldly and intellectual transcript that goes from the existence of these people portrayed by Velázquez at court to Zambrano's homage, Elena Córdoba presents her own approach to these materials in a piece in which she performs alongside Clara Pampyn and where Luz Prado is in charge of the creation and live performance of the music.In charge of designing the stage space and the lights is her inseparable partner in crime, the maestro Carlos Marquerie.
With these elements, Elena Córdoba dedicates the work to this idiot, who ‘undoes with his gaze each of the categories on which we build our identity and our idea of happiness. We want to inhabit that body that knows no straight line, that goes as if dancing back and forth, that body that doesn't even own the space it occupies, that body that seems to have fallen from the moon’.
Direction: Elena Córdoba
On stage: Elena Córdoba, Clara Pampyn and Luz Prado, Alejandro Rojas Marcos
Choreography: Elena Córdoba, Clara Pampyn and Luz Prado
Sound creation: Luz Prado with Alejandro Rojas Marcos and the voices of Clara Pampyn, Jesús Rubio Gamo, María José Pire and Elena Córdoba
Scenic space and lighting: Carlos Marquerie
Costume design: Naldi Fernandes and Carlos Marquerie
Costume designer: Naldi Fernandes
Documented: David Benito
El idiota has been created in co-production with the Centro de Cultura Contemporánea Conde Duque, the Ayuda a la creación contemporánea del Ayuntamiento de Madrid, and the collaboration of the Centro de creación Los Barros.